Durante quince días, los millones de seguidores de la obra de Noriko Aihara en todo el mundo han contenido el aliento. Las espectaculares imágenes del accidente que sufrió durante los entrenamientos oficiales para la Décima Carrera Anual de Dubái nos dejaron a todos con el alma pendiente de un hilo, y el pronóstico reservado de los médicos después de la intervención quirúrgica que se le practicó en los propios quirófanos de la sede de la competición no contribuyó, precisamente, a serenar los ánimos.
Dos semanas después, sin embargo, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la recuperación de Noriko es ya una realidad. Sus fracturas en las costillas y el fémur derecho evolucionan favorablemente, y se le han desconectado las máquinas de garantía vital que hasta ahora mantenían sus constantes biológicas equilibradas. El portavoz de la escritora, su agente Walter Murray, ha manifestado en rueda de prensa el agradecimiento de todo el entorno de Noriko a las muestras de apoyo que han recibido en estas duras semanas, y a las preguntas de los periodistas ha respondido, con una gran sonrisa, que Noriko ha insistido en salir cuanto antes del hospital para retomar la escritura de su próxima novela, cuyo título provisional es «La roca de las águilas».